Es el momento en que las nubes con su belleza invaden nuestro cielo y a su vez colman de agua nuestras tierras, atrayendo así a renovación de la vida de nuestras plantas y animales.
Época en la que los niños resuelven ser más felices y es que quién no se baño con las dulces lluvias que invadían nuestros días de invierno. Si alguna vez disfrutaste de una suave brisa o de un partido de futbol con ella comprenderás de lo que hablo.
Entonces meditemos por un momento, si nuestra naturaleza nos provee de tanto sin pedirnos nada a cambio no piensas que quizás es el momento, “cuando ya se encuentra gravemente afectada, de cuidarla amarla y protegerla”.
Valoremos lo que aún podemos disfrutar y luchemos por conservarlo…!
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